No fue una sorpresa que la burbuja mundial, industrial y económica estallara hace una década, pero a fecha de hoy seguimos viendo y experimentando sus efectos en nuestras vidas cotidianas. Fue el inevitable resultado de un modelo que da prioridad al beneficio a costa de todo lo demás: nuestras vidas, nuestros derechos nuestra naturaleza. La crisis se estuvo gestando durante años y mil millones de personas acabaron sumidas en el hambre debido a la fuerte volatilidad de los precios de los alimentos, y como resultado de una crisis multidimensional que se expandió y se restringió, y afectó a nuestros sistemas alimentarios, el clima y los derechos humanos.