
Si la FAO quiere alimentos sanos, ¿Por qué asociarse con la industria de los plaguicidas?
El 2 de Octubre la FAO anunció que su Director General y Giulia DiTommaso, presidenta y Directora General de CropLife habían firmado una acuerdo para explorar "nuevas alianzas".
Tal y como aparece en su página web, el objetivo de la FAO no solo es lograr la seguridad alimentaria, también garantizar que los alimentos a los que pueda acceder cualquier persona sean de alta calidad y pueda contribuir a ser personas sanas.
Sin embargo, los últimos acontecimientos hacen ver que la FAO no está caminando hacia esta dirección e incluso se podría afirmar que camina en la dirección contraria al constituir una asociación con un grupo de presión, CropLife, cuyos principales miembros están acusados de fabricar plaguicidas que perjudican no solo a las personas sino también a los ecosistemas.
En este sentido 350 organizaciones miembros de la Sociedad Civil y Pueblos Indígenas de 63 países diferentes han hecho llegar una carta al Director General de la FAO en la que se insta a Qu Dongyu a que reconsidere esta alianza ya que es del todo inapropiada en un momento en el que el objetivo ha de ser preservar la biodiversidad y construir modelos resilientes al cambio climático. En la carta enviada al DG, se enumeran algunos de los productos producidos por los miembros vinculados a CropLife y que se están vinculando a muertes y enfermedades, especialmente entre personas agricultoras y familias rurales de todo el mundo.
Además, una alianza de este tipo reduce el papel de la FAO como apoyo necesario y crítico a la Agroecología, un enfoque basado en la ecología y que, según la propia FAO, “puede apoyar la producción de alimentos y la seguridad alimentaria y la nutrición al tiempo que se restablecen los servicios del ecosistema y la biodiversidad esenciales para una agricultura sostenible”.